El Concello de Xinzo de Limia ha disparado las alarmas: el Entroido de la capital limiana se ha convertido en un macrobotellón, las calles huelen a orines, el suelo está lleno de basura y vidrios —algunos rotos— y las brigadas de limpieza no dan abasto. Si hasta ahora la villa de Xinzo no había sido ajena a situaciones de este tipo llegadas las fechas fuertes del Entroido, da la sensación de que este año se han rebasado los límites. Máxime cuando el propio Concello ha apelado a la sensatez y al respeto al eslogan: el carnaval en Xinzo es sentimento.

Este año las sensaciones son muy distintas y los propios vecinos se quejan. Se ha constatado la llegada de visitantes en autobuses "con bolsas llenas de bebidas alcohólicas", señala el Concello de Xinzo. En tal situación, se ha ordenado a la Policía Local reforzar la vigilancia en la Estación de Autobuses de la villa y en la Praza Maior, labor en la que también participa la Guardia Civil. Y se advierte a visitantes y vecinos de la villa "que se teña coidado estes días coas pertenencias nas aglomeracións", ya que los amigos de lo ajeno "andan ao acecho".

Este lunes, el Concello ha hecho un llamamiento al civismo: "o noso Entroido está aberto a todo o mundo, pero pedimos que o desfruten sen facer o macrobotellón onde a suciedade acaba invadindo as nosas rúas". La Comisión do Entroido ha organizado una campaña del vaso ecológico para evitar el tránsito del vidrio por las calles, pero apenas ha cuajado. Se han colocado una veintena de baños y urinarios portátiles, pero las calles huelen más que otros años a orines. Los servicios municipales de Medio Ambiente han multiplicado por 4 los horarios de recogida de basura y vidrio, se aumentó el número de contenedores, incluso se ha pedido a la Deputación de Ourense que reforzara este servicio, y abundan las motobombas en las calles de Xinzo al romper el día y la suciedad continúa en Xinzo.

Tal y como la propia Concellería de Medio Ambiente admite que la situación se está produciendo, da la sensación de que al Concello de Xinzo ya no le queda más que apelar a la colaboración de propios y visitantes en un Entroido que este lunes ha disparado las alarmas en la capital de A Limia.