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  Los restos mortales de María Socorro da Silva no volverán a su Brasil natal, se quedan para siempre, o eso parece ser ahora lo más probable, en el Cementerio Municipal de Santa Mariña. Así lo ha decidido la jueza titular del Juzgado de Instrucción de Ribadavia, decisión comunicada este martes a la madre de María Socorro y a Sandra y Lidia, las dos mujeres que se colocaron al frente del movimiento de inmigrantes para lograr la repatriación de la joven brasileña de 26 años asesinada el pasado mes de febrero en Ourense. "Creo que había otra posibilidad, pero la jueza no ha querido", manifestaba Lidia la tarde de este martes, frustrada, casi llorando por la impotencia de no poder ver retornar a Brasil las cenizas de María Socorro da Silva.
 
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La jueza de Ribadavia no permite el retorno de los restos de María Socorro da Silva a Brasil, y ordena enterrarla en Ourense
25 de MARZO de 2009: OURENSE DIXITAL
   

Las buenas sensaciones con las que había empezado la semana, cuando los inmigrantes recibieron el refuerzo de la delegación de Vicepresidencia da Igualdade de la Xunta haciéndose cargo de todos los gastos relativos a la repatriación del cadáver de María Socorro da Silva a su Brasil natal, se vinieron definitivamente abajo este martes cuando la jueza titular del Juzgado de Instrucción de Ribadavia dispuso que el cuerpo de la mujer se queda en Ourense.
La jueza ha fijado el entierro de María Socorro da Silva para las 12 del mediodía de este miércoles, en el Cementerio Municipal de Santa Mariña.

Lidia, la mujer que junto a Sandra se colocó al frente del movimiento de inmigrantes en Ourense para lograr la repatriación del cadáver a Brasil logrando la venida de la madre de la joven a la capital ourensana, explicaba desolada la tarde de este martes que la decisión de la jueza que se les había comunicado se basaba en la necesidad de disponer del cuerpo de la víctima en Ourense, ante la posibilidad de que fuera preciso practicarle más pruebas periciales.
"La madre está disgustada, claro, pero también lo entiende, entiende que si se necesita para esclarecer lo ocurrido tendrá que ser así, pero la jueza también tiene que entender que nosotros sólo tenemos sentimientos de humanidad y que creemos que había otra posibilidad", señala la dominicana Lidia.

La decisión judicial dejaba este martes descolocados a todos los implicados en la repatriación de María Socorro. "La madre tiene pasaje abierto, ahora mismo no sabe qué hará ni cuando se irá exactamente, tiene algunas gestiones pendientes y mañana (hoy) tendrá que enterrar a su hija", señalaba Lidia.
Todo ha ocurrido casi de la peor forma que podían esperar madre e inmigrantes, pero "nosotros -señalaba Lidia refiriéndose a los implicados en la repatriación- hemos hecho cuanto hemos podido, no puede ser porque no lo permite la jueza, pero no porque no lo hayamos intentando con todas nuestras fuerzas".

De momento, la campaña para recaudar fondos con los que ahora ayudar a la hija de 8 años de María Socorro sigue abierta. "Todo cuanto podemos hacer es ver si a lo mejor podemos traspasarla a un banco de Brasil o algo así, para poder seguir ayudándole a la niña".
"Mi hija se llama María do Socorro Silva de Oliveira, nacida el 15 de enero de 1983, tenía 26 años, es blanca, pelo castaño, ojos castaño claros. 151 cm y tiene una marca en el lado izquierdo de la cara". Así concluía la carta que el 9 de este mes enviaba a las autoridades brasileñas la madre de María Socorro da Silva, a la procura de datos sobre el paradero de su hija.

 
 
 
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