No menos de 4.000 hectáreas de las 40.000 que aglutina este espacio, en su mayoría Red Natura 2.000, fueron pasto de las llamas de los numerosos incendios que asolaron este verano el Macizo Central Ourensán. Según las cuentas de los socialistas, en Galicia hubo 3.500 incendios que quemaron más de 16.000 hectáreas. Por lo tanto, sólo el Macizo Central aglutina una cuarta parte de todo lo que ardió en Galicia.
Los socialistas gallegos siguen acusando a la Xunta de Galicia y a Medio Rural de falsear datos.

Así, el secretario de los socialistas gallegos mostró a los periodistas un mapa del incendio de Camba, en el Concello de Laza, medido y topografiado, en el que habrían ardido 2.000 hectáreas en vez de las 1.700 que reconoció finalmente Medio Rural que se habían quemado.
Dijo Pachi Vázquez que los socialistas tienen constancia de que, según peritaje topográfica que encargo el PSdeG, de la existencia de esos 3.500 incendios, pero que, “igual que están ocultando datos en Ourense están ocultando datos en toda Galicia”. Ardieron, según el PSOE, 16.000 hectáreas en Galicia, “coa paradoxa de que se daban por extinguidos incendios non declarados nun alarde de información”.

Ardió más en el interior, según Vázquez Fernández, “porque o interior de Galicia foi esquencido por todos os gobernos do PP, e nesta lexislatura o Ourense oriental está completamente abandonado”.  Y puso como ejemplo que, de cerca de 580.000 cabezas de ganado vacuno que hay en Galicia ahora mismo, “en Ourense xa só quedan 24.000, frente a Lugo con case 300.000”, señaló el secretario general del PSdeG-PSOE. 
“Está clara a soidade desta provincia fronte ao Goberno de Feijóo; está claro que Feijóo pasou de acudir rápido coa mangueira e o pantalón blanco a non aparecer nunca por aquí e deixar sós a todos os cidadáns desta provincia”, señaló Manuel Vázquez.

Resulta tan cierto (como obvio) que ni Feijóo ni nadie de su Gobierno se dejaron ver este verano por Ourense mientras Ourense ardía, como resulta probable que algo así no ocurre por casualidad y que algo así no se deja a la improvisación.
Si a partir de ahí hubiera que concluir que lo muy probable es que hasta este punto hace llegar el presidente de la Xunta su marcaje a los Baltar, a todos los que no tenemos nada que ver con ellos sólo nos queda reclamar que su guerra política no puede ser nunca un castigo para esta tierra y para sus gentes.
Un presidente de la Xunta no puede estar inmerso siquiera en la sospecha de que miles de gentes, tan inocentes casi siempre como manipulables resultan muchas de ellas llegadas unas elecciones, llegó a utilizar la lacra de los incendios de este verano para dejar notar que su sombra es tan poderosa como alargada.
Será malo para nosotros (ya lo es), pero tampoco para él será bueno. Al político las desgracias no le dan nunca el poder, pero sí la categoría humana que conduce a él.
En situaciones así, sólo se puede ser grande o mezquino.