Todo es más de lo mismo, lo que algunos consideran nuevo en realidad tiene poco, o nada, de novedoso. Aunque entre cada proceso pasan años, las municipales nos recuerdan cuanto el tiempo se para en esos lugares remotos y no tan remotos de esta provincia en la que tan poco cambia todo. No iba a pasar allí donde los que desde hace años se ubican en esto de la política lo que menos quieren es que pasen cosas, novedades las menos posibles, virgencita, virgencita, que me quede como estoy...
Pero pasan cosas, sólo que de puertas para adentro.
Y se ha vuelto a pelear duro por colocarse en las listas en los puestos más ventajosos, a veces sólo por sostenerse en lugares que se sabe de antemano que no conducirán a ningún escaño, por evitar que te pise uno que llega de abajo o que trata de colocar el partido, por mantener el status las más de las veces.
Esta es la verdadera esencia de todo lo que va transcurrido de las Municipales de 2011. Es como el partido de ida.

Hay un puñado de concellos en los que si no hubo tortas poco le faltó. Y otro puñado de concellos en los que BNG y PSOE se han vuelto a tener que emplear a fondo para lograr siquiera presentar lista y completar las 92. Saben que servirá para poco, que apenas lograrán representación, pero es cuestión de romper la hegemonía de los plenos de 92 candidaturas que hasta 2007 sólo lograba el PP. También aquí hay que mantener el status.

Todos los partidos hablan de renovación, pero en realidad es pura teoría.
En esos casos en los que apenas se llega a lograr presentar lista, la renovación es muchas veces un puñado de externos que han de llegar para completar el mínimo necesario de la lista. En el otro polo, donde incluso sobra gente, a ver quien le dice a unos cuantos que se consideran históricos que ya va siendo hora de dejar paso a otros. Como la función hace el órgano, el PP se acomodó y la resistencia de sus totems es desde hace tiempo ya la causa de la vejez de su maquinaria.
La historia se repite, más de lo mismo y se acabó lo que se daba.

Se abre a partir de ahora la segunda fase del proceso: la caza del voto.
Se acabaron las discrepancias internas, todos a una y el que no esté por la labor sobra. Si estás dentro suerte la tuya, y sino a esperar.
En lo sucesivo y hasta el 21 de mayo toca ser todos una piña y hablar mal del otro. En Baltar ya se ha hecho y habrá más concellos. Por el nivel y el tono de las hostilidades sabremos también de hasta donde este período de luchas internas les ha dejado crispados y hasta heridos. Cuando más tensionados se muestren más confirmaremos la hipótesis de que, aunque pueda parecer lo contrario, estas municipales están siendo muy duras en esta provincia.

Cuanto más tarden en arrancar, más estarán algunos al borde de explotar.
De hecho algunos ya lo están.