La propuesta estrela de Baltar
 
3 de MAYO de 2011: OURENSE DIXITAL

Es posible que Baltar se haya visto contagiado por las que el PSOE llama sus Propuestas Estrela. Sólo así ha podido parir el veterano presidente de la Deputación de Ourense (que no porque sea muy veterano hay que pensar que las diputaciones las inventó él) una idea como la que expresó este lunes: que sea el ciudadano el que elija diputados provinciales y presidente.

En sí, esto por sí sólo supone un acto de sinceridad del presidente de la Deputación de Ourense: a Baltar no lo hemos elegido los ciudadanos. ¿Quien?, nosotros no. Fue su partido.
En sí, ¡oh, despistado votante!, esto nos sitúa también en la cruda realidad de que no todo lo hemos votado nosotros, no en las diputaciones, sólo en los concellos. Como aquí ellos saben que primero fueron los gallos y da igual si luego llegaron los huevos o las gallinas, ellos ponen diputados y ponen presidente. Y allá a ellos.
Hasta ahora.

Porque ahora llega Baltar y propone “primer grado” para las diputaciones, elección directa. Y como en el Congreso y en el Senado votar a los concellos y a las diputaciones. Cómo no se le habría ocurrido a alguien hasta ahora... Cómo no se le habría ocurrido a él mismo, qué ha podido cambiar.
Baltar dice que quizá así, sintiéndose el ciudadano más responsable de quiénes sean los diputados y quién el presidente, las sentirán más suyas como se le quiere a un hijo aunque no te haya salido el más aventajado de la clase sino al contrario. No es tanto cuestión de que las diputaciones puedan ser más útiles es decir, puedan ser útiles, o de que estén peor o mejor gestionadas, sino de que los ciudadanos las quieran y las sientan como suyas como un hincha quiere a su equipo de fútbol aunque lo vea perder un partido tras otro, una cuestión de fe más que cualquier otra cosa.

Baltar propone el final de este circo (palabra suya) y el comienzo de una nueva etapa en la que los hasta ahora espectadores podamos elegir, votar, decidir. Una pena que sea ahora, cuando algunos sostienen que las diputaciones son monstruos que se devoran a sí mismos, que no gestionan bienes y servicios para el contribuyente, y que incluso como tales administraciones carecen de cometidos y, por ello, de sentido de su existencia.
Desde que los cometidos escasean, ya Baltar se ha dado cuenta de que en las penurias económicas de los concellos más pequeños puede estar la salvación de estas instituciones, y oferta servicios de los que el fracaso de las mancomunidades les ha dejado huérfanos. En el fracaso de la comarcalización puede estar el éxito de la Deputación. Con semejante futuro se plantea ahora algo mucho más existencial: que el pueblo los elija, ¡benditos seamos!...

Ahora ya sólo queda que la segunda propuesta de Baltar sea que también la treintena de porteros que tiene el Centro Cultural para atender las que deben ser las dos puertas mejor guardadas de ese país, los votemos también nosotros en las urnas.
¡Elecciones a porteros!, habrase visto más democracia...

 
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