Enterrado el bluff de resistencia bajo las contundentes losas de los últimos indicadores regionales, esta semana ha sido el soplido en una chistera verde la que permitía a Núñez divertir al público con esos proyectos industriales de las concesiones eólicas que, según dice el presidente, nos sacarán de la crisis. Serán 2.165 millones de euros a invertir en 4 años además de los 3.200 millones que costará construir los parques de palas eólicas. Serán netos, es decir, sin descontar las inversiones que algunos de esos business angels escaquearon en el anterior y especulativo plan eólico.

Nos ubicarán las inversiones (excepto ese detalle de discriminación positiva que es la incineradora) del dios viento en un mapa, tácticamente adaptado a la estrategia de los comicios locales. Se recaudarán votos con ese particular nodo conservador y se dará así cobertura electoral a los cada vez más mendicantes alcaldes, rodeados de penuria y privados del poder que dan las farolas y los asfaltados en un medio rural sembrado de voto no cualificado.

Pasada la contienda electoral y colándose ya en la precampaña nacional, veremos a un Núñez apenado porque Novacaiaxagalicia ya no puede destinar la financiación privada que tenía previsto en ese compromiso con nuestro país. Todo por culpa del capullo del Zapatero que ha decidido apropiarse de ese maravilloso engendro del gobierno de Núñez por la alevosa vía de la nacionalización. Claro, que para eso hay que crear y mantener una escenografía de expectativa de salvamento de la caja gallega aunque eso suponga sacar a la superficie el mayor de los males de las cajas de ahorro: la injerencia política. Luego vendrán los feroces lobos chinos y británicos para llevarse los restos. Lamentable pero esperado final para una gestión deficiente, escasamente profesionalizada y liderada por directivos endiosados.

Mientras las entidades financieras se dedican a recibir dinero privado y público (¿no era al revés, son los bancos y cajas los que tienen que dar dinero?), la Xunta ha dicho cero patatero para el Plan de Inclusión Social del concello de la capital. Porque antes de nada hay que dar pastillitas de poder a los alcaldes y concejales del PP; los pobres y necesitados, si quieren algo, que se j…., no por votar a la izquierda, sino sólo por estar en el municipio equivocado, aunque algunos aún están a tiempo de rectificar.

Es la misma estrategia de sitio a los municipios no populares que se realiza con el reparto de fondos de las políticas activas de empleo. Se priorizan los municipios de menor tamaño (aunque tengan pleno empleo, es decir, una tasa de desempleo del 4 % o inferior) porque la izquierda gobierna en los más poblados. Triste juego en un tablero de miseria, pobreza y desesperación y en el que gana el que mayor ruina infrinja a los vecinos declarados enemigos por un puñetero padrón.

Es frecuente que muchos anhelen sueldos de los funcionarios, como osan hacerlo los empleados de Ecourense, marca de la concesionaria de limpieza del concello de Ourense. Pero nunca oiremos reclamar la posesión –y ejercicio- de la responsabilidad de un funcionario. Esa casa consistorial tiene muchos jefes de servicio, de unidad, de negociado, adjuntos al jefe de servicio, …y suculentas retribuciones, con complementos específicos algunos que igualan a salarios medios.  Pero se pueden permitir no contestar las alegaciones de ciudadanos a sanciones, no contestar un escrito que otorga privilegios extraordinarios a un funcionario –conocedor de la vagancia o falta de diligencia de sus compañeros- o colarse una notificación que paraliza una inversión (empleo, en todo caso) en una provincia condenada desde hace años a los últimos puestos de inversión pública. 

A ese plantel de nóminas públicas sigue contribuyendo, como no, Baltar, despreocupado de la salud financiera de su ente provincial. Cargos del PP y sus familiares siguen entrando en el Palacio Provincial orgullosos del sistema feudofamiliar que les otorga el derecho de pernada sobre la función pública. Procesos selectivos impolutos –nadie ha conseguido poner una sola mancha, el resto son coincidencias- y consecuente aplicación de principios estadísticos básicos.

Pero Baltar no puede parar. Sería triste perder la Diputación de y con la mano de su hijo. Así que se ha comprado unas cacho máquinas que puedan servir de buques-escolta al aparato del partido. Y además ha montado un espectáculo para mostrárselas a esos votantes no cualificados –que vayan haciendo lista de parcheos- y, como no, al enemigo para intentar desmoralizarlo.  

Entretanto, la Xunta recupera lavaderos y fuentes en Cea con el dinero de las políticas activa de empleo, el concello de Ribadavia dice que carece de fondos para evitar vertidos al río  pero le pondrá hierba artificial a su campo de fútbol, al alcalde de Calvos de Randín le sonríe la fortuna porque una desgraciada y repentina baja médica – ¿trilería?- de la secretaria paraliza la ejecución de la sentencia de repetición de la moción de censura, el PP esconde a su alcaldable, Rosendo Fernández, en su primer discurso de precampaña, la esposa del alcalde Boborás, Cipriano Caamaño, sufre una desagradable experiencia en su primer pleno municipal pero es teniente de alcalde (no del alcalde),  y … un poco de aire fresco: acaba de surgir un movimiento ciudadano en defensa del río Barbaña.